La profesora Amey Pinto Wong, docente de Educación Parvularia PUCV, dicta el curso de “Enfoques didácticos en literacidad emergente” en el quinto semestre de la carrera, donde aborda “la iniciación en el mundo escrito de las infancias, en donde adultas y adultos, median la lectura de niñas y niños, para favorecer la adquisición y desarrollo de la lengua escrita en diferentes contextos comunicativos”.
Asimismo, es parte del comité editor de la revista Voces y Tintas, cuyo lanzamiento virtual se realizará el próximo 29 de abril. La naciente publicación aborda la temática de la Literatura Infantil y Juvenil de Latinoamérica y El Caribe.
En este contexto, quisimos conocer más de su trabajo y reflexiones en torno a la importancia de la lectura en la primera infancia.
-De acuerdo a su experiencia, ¿Cómo se ha abordado históricamente en la formación de educadoras de párvulos el tema de la literatura infantil y qué desafíos ve en esa materia?
“Aprovecho esta pregunta para realizar un sentido homenaje a una eximia maestra, la profesora Margarita Etcharren Labarthe, quien fue una de las fundadoras de la carrera de Educación Parvularia PUCV, y que acaba de fallecer. La menciono porque ella fue mi profesora de la asignatura de Literatura Infantil, mientras estudiaba mi pregrado en la UCV (así se llamaba en aquellos años la universidad). Ella nos inculcó el amor por la poesía, la literatura infantil y los libros. Tenía un enorme conocimiento del tema. Además, creo que era bastante vanguardista, ya que nos invitaba a realizar análisis crítico de los libros de cuentos tradicionales, cuestionando sus contenidos, y cómo aquello impactaba en la primera infancia. Junto con esto, nos aportó su pasión por los diversos tipos de lectura que se pueden realizar con niñas y niños.
Ella nos deja un tremendo legado, pero también un desafío para todas las educadoras de párvulos, transmitir la pasión por la literatura infantil, la emoción al leerles a niñas y niños, poner al centro a las infancias y sus intereses, y por último desarrollar siempre una perspectiva crítica y reflexiva sobre las lecturas y sus enormes implicancias en el desarrollo y bienestar de niñas y niños”.
-Ha trabajado el tema de género vinculado a los libros infantiles y juveniles, ¿Qué estereotipos es importante ir descubriendo y cómo se deconstruyen esas historias tan internalizadas en el colectivo?
“Al analizar los contenidos de los cuentos tradicionales nos encontramos con perspectivas sexistas y machistas. En libros como Cenicienta, Blanca Nieves o La Bella Durmiente encontramos entre otros ejemplos, que los hombres tienen roles vinculados a estereotipos masculinos de valentía, acción y arrojo y, en cambio, las mujeres tienen roles pasivos, de cuidado del hogar o de brujas malvadas, que perpetúan modelos sexistas.
Esta provoca un alto impacto, especialmente en la primera infancia, ya que es allí donde se forjan las primeras representaciones del mundo y de la forma en que interactúan las personas en él. Yo coloco siempre un ejemplo muy claro en mis clases. En el cuento de la “Bella Durmiente”, la escena central es una mujer que se encuentra dormida, inconsciente y que es besada, sin su consentimiento, por un hombre. Eso claramente es un ejemplo de violencia simbólica que se instala en el inconsciente de niñas y niños y perpetúa relaciones de poder y dominación vinculadas al género.
La invitación es a realizar, tal como nos invitaba Margarita Etcharren, una lectura crítica personal de los libros que les leemos a niñas y niños, para cuestionarnos y poner en tensión los contenidos que transmiten a las infancias. Pero, además, invito a no subestimar a niñas y niños. Realicemos con ellas y ellos, lecturas críticas, cuestionadoras, a través de preguntas que inviten a la reflexión, a la interrogación del texto, a la evaluación de las acciones, personajes, hechos que allí aparecen. Como señala Chimananda Ngozi Adichie, “no hay una sola historia” y esas historias diversas pueden ser construidas por las propias niñas y niños.
En este sentido, tal como ya lo mencioné, es la adulta o adulto mediador de lectura, quien tiene un tremendo desafío y responsabilidad en la mediación de la lectura que realiza a niñas y niños”.
-Las nuevas tecnologías nos ha puesto nuevos escenarios en torno al acto de leer y comunicarse, ¿Cómo proyecta esta evolución y el rol mediador del docente?
“La lectura no ha cambiado, mantiene su enorme potencial de goce estético para las audiencias infantiles, propicia el desarrollo cognitivo y profundiza las relaciones de apego seguro con los adultos mediadores de la lectura. Lo que ha variado es el medio o soporte en que se transmite esa lectura, la materialidad en la que se realiza el acto comunicativo de la escritura.
El formato de libro en papel sigue siendo un material impreso de enorme calidad artística, lingüística y cognitiva; sin embargo, en este contexto de crisis sanitaria, en donde niñas y niños se encuentran forzados a estar en sus casas para cuidarse, y dada la creciente digitalización de los libros, se ha abierto una oportunidad enorme para permitir el acceso a la literatura infantil de calidad a niñas y niños que antes no podían tenerlo. En este sentido, existen múltiples iniciativas como la Biblioteca Pública Digital, que pone a disposición de todo tipo de público, en forma gratuita, una enorme colección de libros de excelente calidad.
Pero hay elementos que son inalterables y que condicionan una buena lectura, por una parte, lo ideal es que los textos leídos sean de buena calidad literaria y visual, pero, sobre todo, que se consolide el acto mediador profundo, cercano, amoroso, realizado por adultas y adultos, al leerle a niñas y niños. Especialmente en la primera infancia, el libro (en cualquier soporte material, ya sea papel o digital), debe ser mediado por adultas y adultos responsivos, atentos a la mirada y a las necesidades afectivas de las infancias”.
-¿Por qué considera relevante incentivar el vínculo con los cuentos e historias desde la primera infancia y qué recomendaciones podría dar a las familias?
“El libro y la lectura siguen siendo herramientas culturales y afectivas primordiales, y esta inmersión en el mundo escrito comienza desde el nacimiento. Tal como señalan lxs principales expertxs en lectura, niñas y niñas comienzan a leer desde la sala cuna, cuando ellxs comienzan a conocer el mundo escrito en lo cotidiano; otorgando significado y sentido a lo que sucede en su entorno. Los bebés “leen” el rostro de su madre, “leen” las imágenes y textos que se encuentran a su alrededor.
Los libros destinados a la primera infancia, además, pueden resultar verdaderas joyas de la exploración sensorial y de la transmisión cultural. Un libro de buena calidad literaria y visual, destinado a niñas y niños no alfabetizadxs, les permite comprender el mundo complejo en el que vivimos, resignificarlo, reconstruirlo y, además, ampliarlo, hacerlo crecer y enriquecerlo emocional y culturalmente. Pero este viaje no se puede realizar solo, debe hacerse acompañado por una adulta o adulto significativo, que le transmita el placer de la lectura, especialmente si se realiza en lo que se llama “lectura de regazo”, es decir, una lectura cercana, íntima, próxima emocionalmente, en que adultxs y niñxs viven juntos la aventura de leer.
Respecto de esto, cabe destacar la bella experiencia del jardín infantil y librería “Espantapájaros” de Bogotá, Colombia, quienes han diseñado una sección en su librería infantil, destinada a “los libros más mordidos”, señalando en un cartel a la entrada de ese espacio: “Comprar libros de la canasta de los más mordidos tiene sus ventajas. Por un lado, apoyas el derecho de los más pequeños a leer con todos los sentidos. Por otro lado, te llevas libros que han sido probados por los lectores más sensibles. ¡Calidad garantizada!”. Esto se vincula con lo ya mencionado, no subestimar a niñas y niños, darles valor a los libros que a ellos les interesan. Defender el derecho de las infancias a crecer rodeados de libros y sensibilizar a las familias en torno a las diversas formas de leerlos, hojearlos y tocarlos que tienen los más pequeños, ya que los niños dejan huella físicas y vínculos afectivos en lo que leen y en cómo lo leen que les acompañan para el resto de sus vidas”.
-Estamos ad-portas de una nueva versión de la Invasión Lectora de la Escuela de Pedagogía PUCV, cómo parte del comité organizador, ¿Qué particularidad tendrá el evento este año y qué destaca de esta actividad?
“Este año, al igual que año pasado, se mantiene el desafío de la virtualidad, pero además en esta ocasión se ha decidido desarrollar un proyecto articulado entre las tres carreras de la Escuela de Pedagogía (Educación Básica, Educación Especial y Educación Parvularia), en las que aportemos, desde una perspectiva interdisciplinaria, al desafío lector de niñas, niños, adolescentes y familias.
Este camino, que ya había iniciado Educación Básica hace varios años, ahora toma un cariz interdisciplinario en la Escuela de Pedagogía. Pensamos que puede dar grandes frutos, ya que se ha conformado un equipo de trabajo con estudiantes universitarias, profesores del sistema escolar y académicas que, desde sus aportes identitarios (propios de cada disciplina) estamos levantando un proyecto de largo alcance y proyección, referido a la lectura y los libros, que incidirá directamente en beneficio de la formación de los y las estudiantes universitarias”.
-Finalmente, como parte del comité editor de una nueva revista, Voces y Tintas, ¿Cuál espera sea el aporte de la publicación y de qué manera tenemos temas comunes con el resto del continente?
“Me conmueve compartir la gestación de la nueva revista Voces y Tintas, iniciativa de IBBY Latinoamérica y el Caribe, que recoge artículos, entrevistas, columnas de opinión, ilustraciones, recomendaciones, entre otros; referidas a Literatura Infantil y Juvenil de los dieciséis países de Latinoamérica y El Caribe.
La revista Voces y Tintas es una publicación que pretende abordar y recoger la diversidad de identidades que componen nuestra América morena, dando cuenta de la riqueza de la producción literaria de nuestro continente. Este es un espacio que no existía en Latinoamérica y El Caribe, por lo que creemos que va a ser un aporte, ya que pretende generar un espacio de intercambio de voces de toda la región. Gracias a su versión bilingüe y a la articulación de todas las expresiones, esperamos llegar a diferentes países, instancias y modos de entender nuestro ecosistema cultural”.