Testimonios

Patricia Hola Chamy

Patricia Hola Chamy

Educación Parvularia

Patricia Hola, Rectora Colegio de los Sagrados Corazones Padres Franceses de Viña del Mar

“Haber estado en la Escuela de Pedagogía abrió nuevos horizontes en mi vida”

Patricia Hola Chamy ingresó a estudiar Educación Parvularia en la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso en marzo del año 1982, egresando en 1985, tras realizar su práctica profesional que coincidió a la inserción laboral en el Colegio de los Sagrados Corazones Padres Franceses, institución fundada en Valparaíso en 1837 y que actualmente se ubica en Viña del Mar, y de donde también es ex alumna.

Lleva más de 28 años trabajando en el colegio y es Rectora hace más 5 años, tras asumir distintas responsabilidades en la Coordinación del Área Parvularia, Coordinación del Ámbito Formativo, Dirección de Ciclo y Vicerrectoría de Formación, lo que le permitió conocer los distintos estamentos de una comunidad educativa, además, sus hijos se educaron el colegio, por lo que vivió la experiencia de ser apoderado de la institución.

“Es una experiencia de vida que se ha dado de forma muy natural. Nunca me desvinculé del colegio, me focalicé en la Universidad pero seguí en contacto con profesores. Hice el cambio de la labor directamente pedagógica por una de gestión dentro del mismo colegio. Tuve 16 años de aula ininterrumpida, mi último prekinder egresa este año de 4º medio”, cuenta.

Patricia recuerda que entró a estudiar Educación Parvularia motivada por una gran vocación. Primero cursó Química y Farmacia, por influencia de la familia y del colegio, donde duró 42 días, y se dio cuenta que lo suyo era la Educación Parvularia, optando por la PUCV debido a su prestigio y sello valórico.

Patricia Hola señala que encontró en la Universidad verdaderos maestros de la educación, especialmente destaca a Margarita Etcharren, jefa de carrera de Educación Parvularia en sus años de estudio, por el amor que trasmitía por la carrera y su experiencia con los niños.

Asimismo, recuerda la labor docente de Marcia Prieto, Ivonne Fontaine y Berta Espinosa. Todas muy distintas en su forma de ser y mirada del mundo, pero con un gran amor por la Educación Parvularia que lograron transmitir a sus alumnas, confidencia.

Patricia cuenta que Sausalito en esos años era un campus de dinámica muy familiar y fraterna, de mucha convivencia y respeto. “Había un paisaje maravilloso, horarios adecuados y grupos de estudios definidos que propiciaban la vida estudiantil”, rememora.

Asimismo, un espacio principalmente femenino por las jóvenes que estudiaban Educación Parvularia y Educación Diferencial. “Decían que Educación Parvularia de la PUCV era un colegio de señoritas, pero mi experiencia fue un curso muy heterogéneo, desde las realidades sociales y socioculturales, donde se dio siempre un clima de respeto a esa diversidad”, señala.

Recuerda que los grupos estaban establecidos por afinidad de gustos, intereses y opción política, pero siempre fueron muy respetuosos entre sí. Hoy, si bien no está la reunión física constante entre las ex compañeras de clases, hay grandes recuerdos y mucha alegría cuando se reencuentran.

Experiencias muy valiosas en su etapa de formación que recuerda hoy Patricia fueron las prácticas que le tocó realizar en espacios como la Sala Cuna del Hospital Psiquiátrico de Valparaíso y un Centro Abierto de Forestal.

Educación

“Soy una convencida que a través de la educación se puede transformar la sociedad”, confidencia la ex alumna de Educación Parvularia PUCV, quien recuerda vivió en un tiempo universitario donde la educación no era gratuita. “Hoy hay una sociedad más empoderado y con sus derechos más claros, pero siguen siendo demandas sociales históricas, que son tremendos desafíos para cualquier gobierno. Hay que buscar nuevos caminos con criterio de realidad. Empatizo con las demandas de los jóvenes, pero viendo cómo hacerlo de la manera más justa y quien tenga el beneficio sea quien más lo necesite”, comenta.

Otro aspecto sobre el que Patricia Hola reflexiona es que siente la educación se ha “judicializado”. Explica que el mismo empoderamiento hace sentir que la educación es un servicio que se paga, por lo que se pierde el foco de la corresponsabilidad de la educación. Además, nuevas instituciones fiscalizadoras de la educación como la Superintendencia y la Agencia de Calidad han puesto una variable más respecto a la gestión que la han burocratizado, disminuyendo el tiempo para otras labores esenciales como la reflexión pedagógica.

Respecto a la Educación Parvularia, siente que el principal reto es generar nuevas confianzas con los apoderados. “Vivimos en una sociedad con mucha desconfianza hacia el otro, y en la educación se establecen relaciones de confianza, especialmente con los más pequeños”, donde acciones como cambiar de ropa a un niño porque se mojó ahora requiere autorizaciones que antes no existían, y aunque eso transparenta la relación implica nuevos escenarios para los educadores.

Finalmente, Patricia Hola envía un especial mensaje a las alumnas que hoy cursan Educación Parvularia. “Sigan creyendo en sus sueños. Optar por estudiar Educación Parvularia es un tremendo gesto de generosidad, sabemos que nadie se va a hacer rico, pero es estar cumpliendo un sueño, que hay que tomarlo con gran responsabilidad y compromiso personal. Hay que tomar con seriedad la pedagogía, empoderarse, creerse el cuento y nunca olvidar que el compromiso primero son los niños”, expone.

Agrega: “Especialícense y tengan un foco, decía Margarita Etcharren. La experiencia de aula es el sustento de un buen profesional, por lo que antes de continuar estudios de posgrado la experiencia en aula es vital, es el doctorado de la vida. Recurran a los profesores de experiencia, hay que innovar y adecuarse a los nuevos tiempos, pero validar el trabajo y conocimiento de otros. Nunca hay que olvidar que estamos en constante aprendizaje y el intercambio entre pares es fundamental, y eso lo aprendí en la PUCV”.

Nélida Pozo

Nélida Pozo

Educación Básica

Nélida Pozo, Directora Regional del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes

“La educación y la cultura son ámbitos que están íntimamente ligados, no se puede pensar en la formación de nuestros niños y niñas sin considerar primero su cultura”

“Mi cargo requiere tener una vocación por el servicio público y la elección que hice cuando decidí estudiar pedagogía también fue pensando en servir a los demás, en comprometerse con otros y fundamentalmente con la infancia. Por otro lado, la educación y la cultura son ámbitos que están íntimamente ligados, no se puede pensar en la formación de nuestros niños y niñas sin considerar primero su cultura, su pertenencia a determinados grupos o comunidades, y en segundo lugar, los lenguajes artísticos, ya sea el teatro, las artes visuales o el audiovisual, por nombrar algunos, aportan a nuestros niños y niñas el desarrollo de otras habilidades vinculadas a la creación, a educar la sensibilidad, a desarrollar el pensamiento crítico. De allí que es muy importante que las políticas culturales y las políticas educativas vayan por el mismo ancho camino”, explica Nélida Pozo Kudo, actual Directora Regional del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, y ex alumna de la carrera de Educación General Básica y Licenciada en Educación de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso.
Oriunda de Iquique, ingresó a la carrera el año 1987 y egresó en 1991, obteniendo la mención Castellano y Ciencias Sociales. En medio de su atareada agenda desde la Dirección Regional de Valparaíso del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, Nélida Pozo comparte sus reflexiones sobre la Educación en Chile y evocaciones de su formación en la Escuela de Pedagogía.
-¿Qué recuerdos tiene de su paso por la PUCV?
“Es importante precisar que yo estudié en los últimos años de la dictadura, por lo tanto, mi paso por la PUCV se desarrolló en un contexto histórico y político que marcó a una generación, la de los 80’, y en este sentido, pertenezco a un grupo de jóvenes que pensábamos que teníamos la oportunidad histórica de terminar con la dictadura. Fueron momentos muy duros, debíamos cumplir con nuestras obligaciones como estudiantes, sin embargo, nuestro principal compromiso estaba como tales dado también por la lucha por nuestro país y por recuperar la democracia”.
-¿Hay alguna experiencia pedagógica y/o docentes que rememore como importante en su etapa de formación?
“Las primeras salidas a terreno a visitar escuelas rurales fueron muy importantes, creo que la primera visita fue a una escuela unidocente de Catemu. También recuerdo otras prácticas de observación en escuelas urbanas, pero de alto grado de vulnerabilidad. Cada una de esas experiencias marcaron y fortalecieron, sin duda, mi vocación como educadora, pero también la necesidad de comprometerse con aquellas comunidades con menos oportunidades. En esa misma línea, valoro y recuerdo al profesor Fernando Alvarado, que aunque era o es aún de otra Facultad, sus clases y sus enseñanzas eran un aprendizaje de vida….Fue muy importante en mi formación, ya que él dictaba algunas asignaturas optativas del área de las Ciencias Sociales”.
-¿Cómo evalúa la formación que recibió en la PUCV?
“La formación del punto de vista académico, sin duda, era muy buena. Nuestra Escuela de Pedagogía era una de las mejores escuelas del país. Claro que como estábamos en dictadura y en ese momento había un rector designado por el gobierno militar y había varios profesores y profesoras que adherían al sistema, obviamente la relación con algunos no era fácil. Por otro lado, hubo autores fundamentales en educación y en sociología y filosofía de la educación que simplemente nunca estudiamos y que los teníamos que leer de manera clandestina a algunos y otros los descubrí cuando ya me había titulado”.
-¿Qué estudios y perfeccionamientos ha realizado después del pregrado y qué importancia le atribuye a la constante especialización de los docentes?
“Luego del pregrado, hice un Magister en Gestión de Políticas Públicas con mención en Educación y Cultura en la UPLA y luego un Magíster en Antropología y Desarrollo en la Universidad de Chile. Respecto a la especialización, debemos asumir que el mundo cambia rápidamente, la sociedad cambia, las distintas teorías respecto de los fenómenos sociales, educativos y culturales también, y debemos actualizar nuestros conocimientos permanentemente, sobre todo si en la vida tenemos distintas oportunidades laborales que requieren nuevos conocimientos y experticias”.
– Como profesora, ¿qué desafíos cree presenta hoy la educación para nuestro país?
“En primer lugar quiero señalar que yo decidí estudiar pedagogía porque tenía la convicción de que la educación era un elemento de transformación social y sigo pensando igual, la educación está llamada a terminar con la desigualdad que existe en nuestra sociedad, ya que hoy la escuela reproduce la desigualdad existente en nuestra sociedad, no obstante, claramente las políticas educativas o la educación por sí sola no terminarán con las brechas que existen en nuestro país que son brutales, hay que regular también las políticas económicas y sociales. En segundo lugar, pienso que la escuela debe proporcionar a los niños y niñas herramientas que les permitan convertirse en ciudadanos y ciudadanas; la experiencia escolar está llamada a incluir a todos y todas en nuestra sociedad, con igualdad de derechos y oportunidades, esto nos permitirá fortalecer la democracia. Finalmente, y en el mismo sentido de la idea anterior, creo que la escuela por excelencia debiese asentar los vínculos que nos ligan a otros, que nos permite ser parte de una comunidad. Ello requiere también trabajar contenidos más pertinentes y establecer una relación más próxima entre la escuela y su entorno, que les permita a niñas y niños una cercanía e identificación con su cultura local”.
– Dentro de su recorrido profesional y laboral, ¿qué hitos destaca para convertirse en la nueva Directora Regional del Consejo de la Cultura y las Artes?
“Creo que este nombramiento obedece a un reconocimiento al trabajo de muchos años en el ámbito de lo público. También hay una valoración a un perfil profesional específico para este cargo, que combina formación, experiencia y desarrollo de capacidades técnicas en estas materias. Cabe considerar que he estado durante más de 15 años trabajando en el diseño, gestión y evaluación de políticas públicas en educación y cultura. Obviamente, hay también una consideración respecto a una convicción política, porque si bien no milito en ningún partido y en ese sentido, soy independiente, existe una visión y posición política respecto a los distintos temas de la sociedad”.
– ¿Cuáles serán los principales objetivos de su gestión en el ámbito de la cultura regional?
“Bueno, existe un Programa de Gobierno de la Presidenta Bachelet que tiene cinco áreas prioritarias, que asume la cultura como un “derecho” de todas las personas y su sustenta en los principios de libertad, pluralidad y tolerancia y cuyo objetivo es terminan con desigualdades y discriminaciones. En términos generales, serán cinco lineamientos: uno es garantizar el acceso de las personas a la cultura y las artes, referido especialmente a aquellas personas con menos oportunidades, ello implica apoyar el desarrollo de infraestructuras culturales, programas de pasantías y residencias artísticas y creación de programa de fomento y difusión del arte y la cultura de pueblos originarios. Una segunda línea refiere al ámbito de la cultura y la formación y fundamentalmente se trata de implementar una Política Nacional de Desarrollo Juvenil y para ellos se crearán 15 centros juveniles, uno en la región, para los jóvenes talentos y se perfeccionará también el Plan Nacional de Fomento de la Lectura, entre otras medidas. Un tercer lineamiento dice relación con el financiamiento y fomento del arte y la cultura, y ello implica abordar el arte de la perspectiva de los emprendimientos creativos, modificar el actual financiamiento concursable de los proyectos artísticos y culturales, y crear un programa de internacionalización de nuestros y nuestras artistas. Una cuarta línea de trabajo pretende fortalecer la institucionalidad cultural y la medida más inmediata es presentar el proyecto de ley que crea el Ministerio de Cultura, Arte y Patrimonio; hasta hoy hay una dispersión de instituciones que se preocupan por el patrimonio y con una legislación muy antigua, este proyecto debiese terminar con esa precariedad incorporando además un Fondo para el Patrimonio; en la región hemos realizado ya 7 encuentros ciudadanos en las distintas provincias de la región para consultar a la comunidad sobre sus inquietudes e intereses respecto de lo que será este nuevo Ministerio. Y la última línea es referida al patrimonio, cuya medida más importante es poner en marcha un programa de recuperación de infraestructura patrimonial emblemática en 4 regiones del país, una de ellas es la Región de Valparaíso y nos encontramos definiendo las comunas beneficiarias, materia que será trabajada también en conjunto con la ciudadanía. Respecto de mi gestión, esta estará marcada por la descentralización y la participación ciudadana, creo que ambos elementos fortalecen la democracia y nos permite tener una región con mejores oportunidades para sus habitantes”.
-Antes de terminar, ¿qué mensajes compartiría con quienes hoy cursan la carrera de Educación Básica?
“Que han elegido una carrera que es fundamental en nuestra sociedad, que lo que ellos hagan o dejen de hacer como futuros profesores o profesoras va a marcar la vida de muchas niñas y niños. Hay tantas ideas que quisiera transmitir, pero lo más importante creo es que cuando estén frente a sus alumnos piensen que cada uno/a es una persona singular, que todos y todas son importantes y valiosos y hay que ser muy respetuosos de esa diversidad, que se debe escuchar atentamente; que debemos estar dispuestos a aprender de cada niño y niña y ser muy consecuentes entre nuestro discurso y nuestro actuar, los niños/as aprenderán más de nuestra forma de actuar en lo cotidiano que de los propios mensajes y contenidos. Recuerden que estamos formando a nuestros niños y niñas para la vida y no para el SIMCE ni para la PSU, los resultados en esto último será circunstancial a su formación, pero lo más importante es entregar herramientas para la vida. Finalmente, siguiendo algunas ideas de gran maestro Paulo Freire, creo que debe existir claridad en que educar no es que los niños tengan que aprender a repetir palabras, sino a decir su propia palabra y para ello es importante tener siempre una disposición en favor de la justicia, de la libertad y del derecho a ser”.

Richard Quinteros

Richard Quinteros

Educación Especial-Diferencial

Viviana Zepeda, Richard Quinteros y Mónica Orrego

Ex alumnos asesoran innovador proyecto que busca autodefensa de los Derechos Humanos de las personas con discapacidad

“Los recuerdos de mi paso por Sausalito fueron vivir 5 años en el campus, pues estábamos desde las 8 de la mañana a las 8 de la tarde… Fue conocer a las personas que trabajan allá, profesores, auxiliares, secretarias, la gente de la biblioteca, por eso al volver es recordar las conversaciones en el pasto, estudiar con los compañeros y que buscamos, a través del Centro de Estudiantes, sacar las pedagogías de las aulas, complementar con algo más, a través del voluntariado, que luego se transformó en nuestro ámbito profesional”, recuerda Richard Quinteros, ex alumno de Educación Diferencial, que junto a Viviana Zepeda y Mónica Orrego, también ex alumnas de la carrera, asesoran a “Líderes con mil capacidades”, una organización sin fines de lucro que trabaja por la autodefensa de los derechos humanos de jóvenes y adultos que presenten algún tipo de discapacidad.
“Líderes con mil capacidades” nació en noviembre del año 2007 en Valparaíso, en un seminario organizado por la ONG Andalué junto a Grunden, organización sueca, donde jóvenes de escuelas especiales y talleres laborales compartieron su experiencia. En marzo del 2008 se convocó a diversas instituciones y se comenzaron a juntar una vez al mes, y con el paso del tiempo se fueron delimitando objetivos y actividades.
Desde el 2009 se han reunido periódicamente en la sede de Andalué en Quilpué y se han transformado en una organización pionera en el país al funcionar desde la autogestión y la autorepresentación, donde los socios integran la directiva y no sus familiares o profesionales que los representan, como sucede en otras organizaciones.
También se han realizado talleres en Derechos Humanos, dictado por profesionales y los mismos socios que integran la agrupación; talleres de alfabetización digital; y se han iniciado contactos con agrupaciones internacionales, por lo que “Líderes con mil capacidades” se ha convertido en referente de otras iniciativas que se están gestando en el continente.
La mayoría de los socios vienen de las comunas de Villa Alemana, Quilpué, Viña del Mar y Valparaíso, y hay hombres y mujeres desde los 17 años en adelante.

“Han sido años maravillosos. Líderes alimenta el espíritu y el alma, al comenzar este proyecto pensábamos que íbamos a lograr algo como esto, pero no sabíamos cómo ni cuándo. Muchos integrantes de Líderes fueron alumnos de práctica, y verlos crecer es un logro personal. Esto demuestra que sí se pueden hacer cosas, y hacerlas acá”, señala Mónica.

Viviana Zepeda agrega que la experiencia de “Líderes con mil capacidades” ha sido “doblarle la mano a esa falta de optimismo, pensar que no se puede hacer, que la vida real no es así… Es quebrarle la mano a la negatividad del mundo y ver que sí se puede lograr el sueño de hacer del mundo un lugar más igualitario y mejor”.

Los aprendizajes en este tiempo han sido muchos. Richard Quinteros destaca las enseñanzas desde lo profesional y lo personal: “He aprendido a ser un buen asesor, ya que cuando uno se educa con suerte aprende ser Educador Diferencial, pero asesor implica una imagen de par, donde el que está enfrente es un par al que le debo respeto y debo darle cuenta del trabajo que hago. En lo personal me he cuestionado las conductas discriminatorias y prejuicios arraigados que tenemos, ya que el conocer otras realidades de minorías discriminadas, se transforman en nuestros mejores cómplices para producir cambios mayores”.

Proyectando el trabajo de Líderes, los ex alumnos de Educación Diferencial PUCV esperan que sea un espacio activista de Derechos Humanos, que los socios y colaboradores puedan vivir de ese trabajo para poder dedicarse 100% a él, y que exista en toda América jóvenes socios representando a la comunidad, logrando una participación ciudadana más inclusiva.

Por eso, invitan a quienes quieran colaboran con la iniciativa a contactarlos a: agrupacionlideres@gmail.com

Paso por Sausalito
El conocer grandes amigos, formarse una visión de ser humano en base a la empatía, los aprendizajes entregados por los maestros y las prácticas profesionales fueron destacados por Viviana, Mónica y Richard al recordar su paso por la PUCV.
“Fueron 5 años súper intensos y bien vividos, con ganas de crear cosas, de cambiarlo todo, de sentirse vivo y movilizarse. Nuestra frase era integrar a las carreras, y salirnos de los libros y hacer”, recuerda Viviana Zepeda, quien fue parte de la primera generación de Educación Diferencial que tomó dos menciones.
“Una de las cosas que debo agradecer es la formación de la carrera, he podido viajar y conocer a otros profesionales y reconozco que nos entregaron muchísimas herramientas que nos hace estar tranquilos al enfrentarse a la educación especial”, agrega.
Mónica Orrego, por su parte destaca: “Se nota el sello de la PUCV, desde la formalidad, de cumplir con ciertos protocolos, del orden. Agradezco la posibilidad de conocer muchas realidades y tener conocimiento de vanguardia, sin desmerecer a otras instituciones”.
Para este grupo de ex alumnos, la Educación Especial tiene hoy una serie de desafíos que los futuros educadores deberán enfrentar, entre ellos que todas las pedagogías tengan el sello de atención a la diversidad y poder articular desde la época universitaria una formación conjunta con otros profesionales.
“Hay que cambiar mirada en torno a las personas en condición de discapacidad. Es un proceso lento, pero hay muchas cosas por hacer. Como Educadores Diferenciales debemos ser colaboradores y puente, mediadores, para generar ese camino más expedito, pero que la persona lo recorra solo”, añade Richard Quinteros.

Como profesionales dedicados a la educación especial, cuentan que han conocido una serie de mitos en torno a las personas con discapacidad, como que no son adultos o autónomos, que no pueden vivir solos ni desenvolverse en instancias sociorecreativas, que no pueden tener pareja ni insertarse al mundo laboral, que son pocos por lo que no se hace nada, que nunca van a aprender y que hay que regalarles la nota.

Por otra parte, se idealiza a las personas con discapacidad, “que son todos buenos, que serán angelitos que bendecirán la empresa y se generan falsas expectativas, respecto a que hará mejores a las personas por el hecho de trabajar con ellos”.
Ambos extremos impiden acercase adecuadamente a las personas con necesidades educativas especiales y acompañarlos en un proceso de aprendizaje que va más allá del aula, destacan los ex alumnos.

María Belén Montalva

María Belén Montalva

María Belén Montalva es educadora de párvulos de la PUCV, egresó el año 2009 de la Universidad y hoy es Directora del jardín infantil Inti Raymi de  Fundación Integra, establecimiento que ha sido uno de sus desafíos profesionales.

Proceso de remodelación

El jardín infantil Inti Raymi data de una larga historia relacionada con el mundo social. Partió siendo  asilo de ancianos o algo similar, después fue un establecimiento que acogida  para niños del Hogar de Cristo, en ese periodo se le denominó Niño Alberto, y luego pasó a manos de Fundación Integra.  Con el tiempo  terminó convirtiéndose en Inti Raymi. María Belén Montalva lideró todo el proceso de cambios que vivió el establecimiento  tanto en la infraestructura como en el proyecto educativo.

“Estuvo varios años siendo Niño Alberto, pero ya el nombre no nos cuadraba, porque había otro proyecto educativo.  Muchos años peleamos el tema de la infraestructura, ya que era muy deficiente,  hasta que fuimos seleccionados para lo que se llama “Proyectos de Reposición” de los jardines que ya no cumplen ninguna o  pocas normativas de estándares de calidad. Se hacen completamente de nuevo”, comentó la docente.

 En el año 2017  a Inti Raymi lo remodelaron por completo como parte de una de las construcciones nuevas del compromiso del gobierno de Michelle Bachelet.

“Llegué con hartos desafíos, era directora de otro jardín en Valparaíso y me dijeron que me viniera para acá porque había muchos problemas.  Fue un desafío muy grande en su comienzo. Implicaba ganarse la confianza del a familia de nuevo, armar un equipo completo, y empezar a intencionar un proyecto educativo en el cual pudiéramos reunir los enfoques que la comunidad quería”, sostuvo.

Proyecto educativo

Desde el 2014 la docente, en conjunto con su equipo, empezaron a configurar un proyecto educativo que fuera coherente para la comunidad y el grupo de trabajo.

“Había un reconocimiento por parte de  todo el equipo educativo respecto del tema de la diversidad. Diversidad en toda la amplitud que el concepto conlleva. En ese contexto comenzamos primero, con la diversidad asociada a los temas educativos, a las necesidades educativas de los niños. Teníamos muchos niños con necesidades educativas especiales y también nos dimos cuenta que había un requerimiento de una oferta pedagógica más variada y comenzamos a rescatar toda la mirada montessoriana que el jardín tuvo antes cuando era Hogar de Cristo”, señaló.

Reconocimiento indígena

La educadora antes de establecerse en la región de Valparaíso, trabajó alrededor  de tres años en la Junji como asesora intercultural en el norte. En esta experiencia  empezó a reflexionar sobre la identidad indígena y la educación.

“Aprendí mucho  con las comunidades colla. Poder pensar la identidad indígena como un tema que es parte del patrimonio inmaterial que a todos nos pertenece y cómo, por medio de la educación, podemos ser justos con nuestra cultura que debemos heredar a los niños y poder traspasar los saberes ancestrales que guardan los pueblos originarios”, reflexionó.

¿Cómo fue ese trabajo?

Fue bien bonito, esto tiene que ver mucho con enamorarse y conectarse con este mundo que todos en nuestra escuela, o la mayoría por lo menos, no tuvimos acceso. En la escuela no nos enseñaron mucho de nuestras raíces ancestrales. Entonces para muchos es un tema de “rescate”, no es aprender algo nuevo, sino de tomar algo que siempre nos ha pertenecido, que tenemos que re descubrir.

Desde la concepción de la cosmovisión indígena, la docente lideró un proyecto educativo en torno al reconocimiento de los pueblos originarios.

“Comenzamos con el equipo educativo haciendo capacitaciones, talleres muy vivenciales también de poder encontrarnos y conocer este mundo. Partimos con ese proyecto el 2014, nosotros trabajamos experiencias con los niños en base a la filosofía de tres pueblos específicamente:  el Colla, el Pueblo Rapa Nui y el Mapuche”, declaró.

“ Para ellos no es extraño hablarle al sol, para los adultos sí, para los niños es lo más natural del mundo, hablarle a los insectos, a las plantas. Entonces desde allí uno puede empezar a marcar estos saberes con los niños, pero a través de experiencias no folkloricas, sino relacionado a la forma de ver el mundo que tienen los pueblos originarios”, aseguró.

¿Cuáles son los principales cambios que experimentó el jardín?

Fue un cambio súper  rotundo porque era un jardín chiquitito, con espacios muy incómodos, de verdad le faltaba mucho para poder ser un espacio físico de calidad. Era muy interesante porque a pesar de eso, es un jardín reconocido por la comunidad.

También, fue algo que anhelábamos mucho, pero fue difícil. Tuvimos que estar casi un año en condiciones de construcción en el mismo espacio. Acá nunca se dejó de atender niños, entonces fueron derrumbando el jardín por partes para poder seguir atendiendo.

Por otro lado, fue complejo dejar el jardín viejo porque uno se enamora de los espacios que  habita, son parte del día a día, pero ya viendo la construcción de este jardín tan lindo nos fuimos enamorando del espacio nuevo.

¿Cuáles fueron los desafíos del proyecto?

Cuando nos enfrentamos a la diversidad lo más complejo tiene que ver con los prejuicios sociales que la gente puede tener hacia lo diferente,  esa es una situación de la sociedad con la cual convivimos, entonces con la cual tenemos que no enfrentar, sino que visualizar.

Los niños son pequeñitos, los prejuicios todavía no están tan instaurados , pero sí con  las familias.  Por lo tanto,  el primer encantamiento- y también porque la familia es el primer educador  los niños- tiene que ir hacia ellas. Con el equipo no fue tan difícil, el equipo enganchó muy fácilmente y se logró encantar.

Hay familias de algunas religiones que esto les chocó un poco . Eso fue lo que más nos costó, pero cuando ya los niños llegaban a las casa cantando las canciones y hablándoles en Mapudungún o haciendo diferentes cosas, ellos se podían dar cuenta del impacto positivo y el sentido que tenía tanto para los niños como para ellos.

Por otro lado, nos vemos enfrentados a la migración, este año más que nunca. Tengo niños que llegaron hace dos semanas de Venezuela, o sea, lo que implica recibir a una familia llena de inseguridades, de miedos, que llega a un país donde no conoce la cultura ni a nadie, es un desafío tremendo no solamente, desde el proyecto educativo con las culturas ancestrales pensando en cómo lo hacemos para que ellos puedan vivir su cultura de origen acá y relevar el tema de la diversidad Latinoamericana, más allá de eso, es un tema social de cómo acogemos a esas familias

Tenemos que ser un espacio principalmente, de apoyo,  acompañamiento, en donde los niños puedan sentir que aquí también está su hogar.

¿Hay algún porcentaje de niños que correspondan al algún pueblo originario?

Tenemos dos niños, sin embargo, creemos que la identidad indígena va un poco más allá, donde todos podemos sentirnos parte de una cultura, algunos más que otros. Hay muchos niños que nos cuentan y nos han traído cosas de la familia, abuelitas o bisabuelitos que eran de los pueblos. Ha sido súper interesante.

Entiendo que  hicieron una inauguración…

Sí, también sumado a eso, el año pasado estuvimos finalizando nuestro proyecto educativo que más o menos duró dos años el proceso. Fue un tiempo de consulta abierta a la comunidad, donde tanto las familias, las redes, los vecinos, los niños, el equipo, pudieron plasmar sus sueños. Cuál es el jardín que querían, que se sumó la construcción de un nuevo espacio físico.

Inti Raymi, que es la fiesta del nuevo sol que se celebra desde la cosmovisión andina. Los Aymaras le llaman el Pachakmara(…) Por lo tanto, nos hacía mucho sentido pensar que este jardín fuera un espacio de alegría (..) Además, Quilpué es la ciudad del sol. La inauguración fue la instancia perfecta para compartir saberes.

PUCV

¿Qué recuerdos vienen a tu mente con la PUCV?

Fue una época de poder descubrir mi identidad profesional. Esos años fueron de conocer el hermoso mundo infantil, pero al mismo tiempo ver cuál era la identidad que yo como profesional quería marcar en todos los espacios futuros donde yo fuera.

¿Cómo era la vida universitaria ?

En esa época lo que más me marcó era esa vocación y compromiso  férreo que trataban de transmitir  los docentes, en donde uno llegaba a los jardines infantiles con la impronta de poder hacer transformaciones.

Recuerdo en mis prácticas en Forestal quedándome hasta tarde, yendo a buscar a los niños que no  llegaban. Ésa vocación de servicio me nutrió mucho.

Había un énfasis en la innovación, uno podía hacer cosas distintas, proponer y ahí me enganché y pude canalizar toda mi capacidad creativa. Recuerdo, sobre todo a la profe Carola siempre entusiasmada frente a las actividades que uno hacía y apoyando mucho.

¿Qué profesores o asignaturas te marcaron?

El profesor Agustín Bermúdez que me hizo lenguajes artísticos. Él pudo ampliar mucho la mirada desde los lenguajes artísticos hacia la infancia.

Los talleres de desarrollo sociopersonal con la profesora Silvia, también nos marcó mucho, porque eran instancias donde podías descubrir la identidad profesional , pero desde el grupo, entonces tuvimos vivencias como compañeras súper intensas.

También, la profe Carola  respecto a la responsabilidad social  y de cómo uno con convicción tiene que entregarse a las comunidades, uno  no va solamente a hacer clases o entretener a un niño, va a transformar mundo, sobre todo en el trabajo con familias. Es una herencia que todavía tengo y  me apasiona.

Hablando de esta relación con Silvia, tu profesora y madre. ¿Cómo ha sido esa vínculo profesional?

Ha sido bien especial porque es indisoluble. Siempre he tratado de separar el tema. Somos colegas, es bueno hacer esa diferencia, pero es un vínculo que no se separa. A mi madre la he admirado mucho por toda la entrega que ha hecho al mundo, desde la educación parvularia y en todos los ámbitos educativos.  Es una persona que yo admiré mucho desde pequeña por esa entrega y  vocación por la educación. Como estudiante, verla en clases, escucharla era como una  admiración doble.

¿Hiciste un magíster después no?

Sí, en Docencia en Educación Superior. Creo que casi todas las profesionales salimos con la necesidad de seguir perfeccionándonos.

La verdad es que estoy feliz, fue un excelente magíster, porque tiene muy buenos profesores, compartí con mucha gente de otros ámbitos.  Fue una formación realmente privilegiada.

Este jardín es un espacio de prácticas de la carrera ¿cómo ha sido esa experiencia?

Este jardín siempre ha querido ser un espacio de práctica, porque también el equipo lo ve como una oportunidad de compartir y traspasar el proyecto educativo a futuras educadoras.Por otro lado, también aprender de las educadoras en formación. Yo chocheo con las chiquillas, tenemos una relación súper cercana con ellas.

Después de eso me invitaron a hacer el Diplomado en Mentoría, también en la PUCV. Ha sido  súper enriquecedor.

Por último, ¿qué le dirías hoy a quienes se están formando en la carrera?

Les diría que disfruten, porque esta no es una carrera como otras donde uno va a trabajar con cosas, acá se trabaja con sueños,  niños y con familias,  y el impacto que una tiene- a mí a veces se me paran los pelos-  es enorme. Uno no se da cuenta de lo que es hasta que lo vive. El impacto que pueden hacer los centros educativos a la comunidad es muy grande. Por lo tanto, dense el tiempo para disfrutar y para enamorarse de este cuento, porque requiere mucho amor. Además de mucho conocimiento y responsabilidad.

Leslie Veliz Fuentes

Leslie Veliz Fuentes

Leslie Veliz Fuentes, egresada de Educación Parvularia PUCV: Educación Parvularia implica tener un vínculo con los niños, con la comunidad y con otros profesionales para hacer un trabajo más integral”.

Leslie Veliz Fuentes, egresó de Educación Parvularia PUCV el año 2018, tras haber estudiado otras carreras y siendo mamá, lo cual fue -según sus palabras- un “triple desafío”.

Actualmente es Encargada de Extensión en la ONG Libro Alegre y creadora del proyecto TeatroaTota, donde busca acercar el mundo del arte y la cultura a la primera infancia.

Desde esos espacios, nos cuenta de sus vivencias y reflexiones de su paso por la PUCV.

¿Qué recuerdos tienes de tu paso por la carrera? 

“Como ya venía de estudiar dos carreras antes, en dos espacios totalmente distintos, creo que lo que más me gustó de la Escuela de Pedagogía fue la cercanía con los alumnos en general. Era super cómodo estudiar ahí, era muy acogedor el espacio. No sé si todas las escuelas serán así, pero yo sentía que era muy acogedor. También encontré un plan de estudios flexible, pero estructurado a la vez, y centrado en lo teórico-práctico, pero principalmente súper fuerte en lo teórico. Había muchas alumnas que habían estudiado otras carreras antes, entonces éramos un grupo de desertoras súper grande. Había un grupo de mis compañeras que éramos mayores, creo que todo eso influyó que fuera un nivel alto todo el tiempo, hacíamos muchas preguntas y queríamos saber más todo el tiempo”.

¿Cómo era la vida universitaria en la época que estudiaste?

“En mi caso era distinto quizás a mis compañeras, pero yo intentaba seguir el ritmo. También teníamos claro que nuestra carrera siempre se había visto menospreciada, era una carrera en donde siempre hay puras mujeres, siempre bromas al respecto, como si nosotras no hiciéramos muchas cosas. Creo que en ese sentido lo que hacíamos, en general, era juntarnos y estudiar, esa era un poco la vida. Yo era mamá, entonces mis ritmos eran distintos. Yo iba a dejar primero a mi hijo al jardín y después iba a la Universidad, después iba a buscarlo y había momentos de estudio. Menos mal existe drive y podíamos conectarnos a hacer los trabajos sin estar presentes, porque todas teníamos cosas aparte. El espacio de la Biblioteca fue muy utilizado por nosotras. Los profesores también eran flexibles, sabían del compromiso que teníamos, entonces ese era un apoyo súper grande”.

¿Qué ramos, profesores o experiencia de práctica recuerdas con especial afecto?

“En general recuerdo a todos con mucho cariño. Creo que de repente hubo una reestructuración en la carrera y entonces hubo momentos en que tuvimos profesores que no estaban dentro del grupo, profesores externos que fueron súper significativos. Tuvimos un semestre con una profesora que se llamaba Loredana Ayala, a quien recuerdo mucho porque fue distinta a lo que acostumbrábamos a tener en clases. Nosotras teníamos una base teórica fuerte, pero en estas carreras de Pedagogía necesitas el otro lado, la práctica. Y siempre fue algo que sentíamos muy difícil, muy lejano, y ahí están las profesoras que guían tu práctica y son un apoyo super grande. Después entremedio llegó una profesora que venía recién llegando de España, Tatiana López, a mí me gustó mucho tener clases con ella, y después me llevó a trabajar con ella en Investigación. Hice mi tesis con ella y luego con otra compañera trabajamos en investigación. Creo que eso también fue algo súper significativo”.

¿Cómo ha sido tu recorrido en el ámbito laboral hasta ahora? 

“Siempre fui voluntaria del Centro Chileno Nórdico de Literatura Infantil, una ONG que se llama Libro Alegre (https://www.instagram.com/libroalegre), desde que entré a la carrera. Mi vínculo con ese espacio siempre fue desde el voluntariado. Para mí era un sueño pensar en trabajar en ese lugar. Justo en ese proceso de terminar mi carrera y buscar trabajo, la organización recibió un fondo del Ministerio de Cultura para poder organizar la institución de manera más formal, tener un grupo de personas que trabajara para la institución y me ofrecieron ser Encargada de Extensión. Fue genial, no pensé en buscar otro trabajo después, fue justo lo que quería hacer, pero me sentía tan preparada desde lo profesional como educadora, que de repente sentía que no iba a poder llevar a cabo este otro trabajo que tenía que ver más con la gestión cultural. Y la verdad es que ha sido todo lo contrario, lo que aprendí me ha servido un montón en el vínculo con otros contextos, con otros espacios, el vínculo con los niños. Yo trabajo con monitoras de lectura que se encargan de hacer actividades en hogares de menores y en escuelas, entonces ha sido bacán tener la base desde lo profesional, desde la Educación Parvularia.

Además, cuando estaba en la universidad me junté con Dominique Aravena, una compañera que había tenido en teatro, y creamos el proyecto TeatroaTota (https://www.instagram.com/teatroatota/), que es un proyecto de teatro inmersivo para la primera infancia. Este proyecto no hubiera nacido de no haber estudiado Educación Parvularia, sentía que había muchas carencias en torno al vínculo con la cultura y las artes en general, porque son muy engorrosos los procesos para llevar a los niños a un espacio cultural. Entonces lo que hicimos en nuestro primer proyecto fue llevar obras inmersivas a los espacios. Ahora estamos haciendo nuestro segundo montaje, ya lo vamos a estrenar. Lo bueno es que es teatro inmersivo, entonces los niños son parte de la obra y van completando esta obra, se va creando en conjunto. En el fondo es un espacio de juego y eso es ver a los niños como válidos desde la visión del niño. Nunca se habían hecho obras de teatro inmersivo para la primera infancia en la región. Desde ese mismo proyecto hemos generado propuestas que tienen que ver con las experiencias diversificadoras, sobre todo en este tiempo de pandemia. Ahora estamos desarrollando unas cápsulas para el plan general de lectura con JUNJI y como ha sido el primer proyecto FONDART que se ganan, nosotros lo realizamos como TeatroaTota y estamos trabajando con ellos con talleres para las educadoras y con material más concreto de diversificación del libro, para que ellas puedan utilizarlo en sus clases en línea”.

¿A qué te dedicas actualmente y cuáles son tus principales funciones/tareas?

“Lo que hacemos principalmente es recibir escuelas, jardines, colegios. Hacemos actividades artísticas y también es un espacio para que las familias vayan a leer, a revisar libros. Tenemos una colección de 10.000 libros de literatura infantil y juvenil, y son principalmente traídos desde países nórdicos: Suecia, Dinamarca, etcétera. Lo que hacemos en la organización es traducirlos, no todos, pero la mayoría de la colección están traducidos al español, al chileno, y ese es un trabajo que hacen voluntarios, pero también gente de la organización y es súper heavy, porque son libros que no están editados al español, entonces no es posible poder acceder a ellos, sino a través de la biblioteca, de los ejemplares que tenemos ahí.  (…) Lo que hacen estos libros es que hablan temas cotidianos que son significativos para los niños y logran identificarse. Lo otro es que están escritos desde la visión del niño, entonces son libros que les llama la atención, los entretiene. No es algo que yo te diga, porque es nuestro lema, sino porque vemos en nuestras actividades que la lectura está muy asociada a lo didáctico y no al placer, entonces cuando los niños conocen nuestros libros se dan cuenta que es entretenido y que es bacán leer, entonces lo disfrutan mucho. Creo que eso es lo más interesante de la colección de libros que tenemos, hablan un mensaje cercano a los niños”.

¿Cuál es tu mirada de lo que hoy sucede en Educación Parvularia y cuáles son los principales desafíos para un profesor en este ciclo?

“En general siempre ha sido un espacio complejo de abordar el trabajo de la Educación Parvularia, porque involucra muchas aristas, sin embargo, creo que las profesionales que desempeñan ese rol son de los trabajos más complejos, pero más reconfortantes a la vez. La Educación Parvularia implica tener un vínculo con los niños, con la comunidad y con otros profesionales para hacer un trabajo más integral. Creo que ha sido súper difícil en este tiempo poder abordar de la mejor manera estos procesos, en los niños más pequeños, sobre todo. Ha sido también un tiempo para que la gente valore el trabajo de los educadores y profesores en general, creo que es difícil tener conciencia total de lo que se lleva a cabo, de la importancia o del rol del educador, pero la pandemia -si bien les ha quitado un poco esto a los niños, de tener espacios de aprendizaje y juego- les ha mostrado a los adultos cómo es este proceso. Entonces creo que se le ha dado un poco más de valor y de lo necesario también que los niños tengan esos espacios, que no se vea como una guardería, como se ha visto siempre”.

¿Qué crees que identifica y distingue a la PUCV del resto de universidades en tu especialidad? 

“Una base teórica importante, creo en el hacer, los espacios educativos hacen una diferencia entre los profesionales que salen de la universidad, sobre todo en el área de la Educación Parvularia. Pienso que también es eso: cómo nos vinculamos con los contextos, ponemos en valor elementos significativos del contexto: las familias, los espacios donde están insertos, el vínculo con los niños. Son súper rigurosas con el aprendizaje, eso no se deja de lado. Están constantemente aprendiendo, creo que eso es algo que rescato mucho”.

Mensaje a las actuales estudiantes de tu carrera

“Que aprovechen los espacios de aprendizaje, no solo en la universidad. Insto a las personas a que busquen espacios de voluntariado, actividades extraprogramáticas que les permitan vincularse más con los contextos, sobre todo a los alumnos de educación en general, creo que te entrega otras herramientas. A mí me llamaba mucho la atención que con todas las actividades que tenía, me daba ese espacio de hacer voluntariados y creo que me abrí mucho la percepción del vínculo con los niños, hacía actividades con los niños cada vez que iba, tenía compañeros voluntarios que eran de otros países, entonces era estar en un intercambio, pero acá. Aprovechar todos los espacios de aprendizaje y proyectos. El hecho de que la profesora Tatiana nos haya dado la oportunidad de trabajar en una investigación también tiene que ver con indagar más allá, no quedarte solo con eso, sino que tener un espacio que te lleve a indagar más allá. (…) Ojalá se puedan generar instancias de aprendizajes para educadores en otras instituciones, quizás en futuro generar vínculos para ampliar los espacios de prácticas a otras organizaciones que trabajan con la infancia o espacios no convencionales”.

Macarena Paz Schiller Sánchez

Macarena Paz Schiller Sánchez

Macarena Paz Schiller Sánchez, egresada de Educación Especial PUCV: “La Educación Especial fue un regalo que se presentó en mi vida como una opción para cumplir mi vocación: acompañar el crecer de otros”

Macarena Paz Schiller Sánchez, egresó de Educación Especial PUCV el 2019, y actualmente es coordinadora del programa Talento Mayor perteneciente a la Universidad Mayor, un espacio para jóvenes de Enseñanza Media con talento académico que deseen desarrollar su potencial y ser parte de experiencias educativas creativas, críticas e innovadoras.

En esta entrevista, la ex alumna recuerda su paso por la PUCV y el actual presente de la Educación Especial en Chile.

¿Qué recuerdos tienes de tu paso por la carrera?

“¡Muchos! Recuerdo con mucho cariño a mis compañeras, con quienes compartí tantas experiencias, alegrías, penas y cansancios propios del ritmo universitario. Recuerdo que muchas eran de regiones, así que nos acompañábamos no solo en la universidad, sino que también en los quehaceres cotidianos. Gracias a eso formamos una amistad que se prolonga hasta el día de hoy.

También recuerdo a las profesoras y profesores, de quienes aprendí mucho, tanto a nivel académico como a nivel personal, ya que nos transmitían parte de su experiencia trabajando en diferentes contextos y cómo nosotras, en un futuro próximo, también podíamos aportar con nuestros conocimientos y habilidades a nuestros estudiantes. Con algunas profesoras sigo trabajando hasta hoy: Leonor Conejeros, Katia Sandoval y Sandra Catalán, quienes se han convertido en verdaderas maestras que con tanta generosidad me han guiado y acompañado en estos años de vida profesional y de quienes estoy profundamente agradecida”.

¿Cómo era la vida universitaria cuando estudiaste en el Campus Sausalito?

“Muy diferente a lo que experimentamos hoy en este contexto de pandemia. Regularmente, por la mañana participaba de las asignaturas de práctica en los diferentes centros asignados y por la tarde llegaba al Campus Sausalito a clases. A veces nos quedábamos hasta tarde, estudiando en los cubículos de la biblioteca, realizando trabajos, planificando, etcétera”.

¿Qué ramos, profesores o experiencia de práctica recuerdas con especial afecto?

“Recuerdo con cariño todas las asignaturas, especialmente las asignaturas vinculadas a práctica y las de mención de Dificultades del Aprendizaje. Esas asignaturas eran exigentes, ya que nos invitaban a sacar lo mejor de nosotras mismas y ponerlo al servicio de nuestros estudiantes, lo que significaba que a menudo teníamos que salir de nuestra zona de confort para ir siempre más allá, evaluando la pertinencia de nuestras actividades y reflexionando constantemente respecto a nuestra práctica docente”.

¿Cómo ha sido tu recorrido en el ámbito laboral hasta ahora?

“Cuando egresé comencé a trabajar inmediatamente en el establecimiento que había realizado mi práctica profesional como educadora especial a cargo de los estudiantes que presentaban diversas necesidades de apoyo, y a la vez, continuaba trabajando con la profesora Leonor Conejeros como ayudante en el proyecto FONDECYT vinculado a estudiantes con Alta Capacidad. Trabajé en el colegio hasta abril del año 2021, y en mayo me incorporé a mi trabajo actual en la Universidad Mayor y continúo en el equipo de investigación.

Actualmente, soy coordinadora del programa Talento Mayor perteneciente a la Universidad Mayor, el cual es un espacio para jóvenes de Enseñanza Media con talento académico que deseen desarrollar su potencial y ser parte de experiencias educativas creativas, críticas e innovadoras. Es el primer programa extracurricular de enriquecimiento impulsado por una universidad privada en Chile y el segundo en implementarse en la Región Metropolitana, así que estoy muy orgullosa de poder ser parte de él. Mis principales funciones consisten en coordinar los procesos de admisión para el programa, comunicarme con las comunidades educativas a las que pertenecen los estudiantes, buscar cursos y docentes para el programa, evaluar la participación estudiantil y monitorear los requerimientos de los cursos y de los docentes, entre otras cosas. Es un trabajo muy exigente y requiere estar atenta a muchos frentes para ofrecer un espacio de calidad para estudiantes con Alta Capacidad en nuestro país”.

¿Cuál es tu mirada de lo que hoy sucede en Educación Especial y cuáles son los principales desafíos para un profesor/a?

“Personalmente y desde lo que he experimentado, creo que en Educación Especial estamos transitando en la construcción de una educación donde todos y todas tengan cabida en su diversidad, incluyendo en el aula. Esto implica que las comunidades educativas podamos ir reflexionando respecto a nuestras políticas y prácticas educativas, buscando nuevas estrategias y soltando el miedo que implica realizar las cosas desde otro modo. La pandemia implicó cambiar elementos impensados, flexibilizar el currículum y ajustarnos a lo que cada estudiante estaba viviendo, porque palpamos de una manera más concreta que cada estudiante es distinto. Creo que aquí es donde radica el principal desafío: continuar con las estrategias nutritivas y fecundas que aprendimos durante el tiempo de cuarentena y que fueron provechosas para los estudiantes, y no volver a prácticas conocidas y cómodas para mí como docente, pero no para mis estudiantes”.

¿Qué podrías resaltar acerca de tu desempaño hasta ahora como Educadora en el contexto actual de Chile?

“Creo que una de las principales deudas del país frente a la Educación Especial es lograr una legislación que contemple el apoyo a estudiantes con Alta Capacidad dentro de los contextos educativos. Salvo en casos aislados, en las escuelas no se atienden a los requerimientos que presenta este grupo de estudiantes: están invisibilizados y no se ofrecen oportunidades ni estrategias pensadas para ellos. Y si bien, desde mi experiencia, las voluntades de parte de los docentes existen porque reconocen que este grupo de estudiantes requieren apoyos, en material legal hay un vacío que debe tener una respuesta pronta”.

¿Qué crees que identifica y distingue a la PUCV del resto de universidades en tu especialidad?

“Creo que el sello de la PUCV radica en la visión integral del profesional en formación y en la calidad entregada por la Universidad, a través de sus docentes y asignaturas. Por ejemplo, nuestra carrera tiene prácticas desde primer año, lo que es un gran facilitador para conocer desde el primer día la labor de un profesor de Educación Especial y el cómo podemos enfrentarnos a la realidad educativa a raíz de lo que se va aprendiendo a nivel teórico. A la vez, la reflexión constante de nuestro recorrido académico y de nuestras prácticas docentes nos forman para autoevaluar nuestro trabajo y realizar los cambios si se consideran pertinentes, siempre en función de lo que nuestros estudiantes necesitan”.

Mensaje a los actuales estudiantes de tu carrera

“Personalmente, la educación especial fue un regalo que se presentó en mi vida como una opción para cumplir mi vocación: acompañar el crecer de otros. Desde allí, los animo a buscar y/o recordar su motivación primaria para entrar a la carrera y tenerla presente cuando el camino se vuelva más pedregoso. Atesoren las alegrías que van viviendo, ya que luego se transforman en “pan para el camino” y aprendan de las cosas que no salen tan bien. Aprovechen mucho las clases y a las profesoras y profesores: asistan a las clases, pregunten, lean y no se queden con ninguna duda, todo aporte es valioso. Y por último, disfruten el espacio de vida universitaria, que si bien no es fácil, es emocionante y fecundo para el futuro que cada uno de ustedes está construyendo”.

Maddalena Muzio Vitali

Maddalena Muzio Vitali

Maddalena Muzio Vitali, egresada de Educación General Básica PUCV: “El sello que posee la PUCV es que en cada uno de sus ramos son trascendidos por la justicia social y la diversidad”

Maddalena Muzio Vitali ingresó a estudiar Educación General Básica el año 2013. “Recuerdo la emoción de ingresar a la universidad y todo, las vivencias nuevas que tendría, tengo muy lindos recuerdos desde los primeros meses en compartir con mis compañeros y cada una de las vivencias de ser mechona a la calidad y entrega de mis profesores para formarnos íntegramente en esta carrera”, rememora hoy la egresada.

Desde su rol docente en el colegio Sagrada Familia de Reñaca, recuerda su paso por la carrera, la vida universitaria y el sello que caracteriza a la PUCV.

¿Qué recuerdos tienes del período universitario?

“La vida universitaria era con diversas actividades en el Campus de Sausalito, pero también con muchas prácticas pedagógicas en diversas escuelas, por lo que estabas constantemente comparando y absorviendo nuevas y distintas realidades. En lo personal la vida universitaria fue muy provechosa e intenté empaparme lo más posible, buscando y probando experiencias que lograran desarrollarme profesionalmente”.

¿Qué ramos, profesores o experiencia de práctica recuerdas con especial afecto?

“Recuerdo con mucho cariño a varios de mis profesores, pero en especial a Dámaris Collao que me dio la oportunidad de trabajar con ella como ayudante y en diversos proyectos de la carrera, especialmente en el área de Didáctica de la Historia. También es imposible no recordar las distintas prácticas, quizás algunas con más cariño que otras, pero como cada una de esas me hizo crecer y aprender distintas realidades y vivencias llenándome de experiencias para mi labor docente”.

¿A qué te dedicas actualmente y cuáles son tus principales funciones/tareas?

“Actualmente trabajo en el colegio Sagrada Familia de Reñaca, realizo clases de 4º y 6º básico de Historia, Geografía y Ciencias Sociales, en todo el segundo ciclo. Tengo jefatura en 4º básico de hombres y estoy a cargo de la Pastoral Juvenil del colegio”.

¿Cuál es tu mirada de lo que hoy sucede en Educación Básica y cuáles son los principales desafíos para un profesor en este ciclo?

“Millones, de solo pensarlo me abruma bastante, pero estamos colapsados de desafíos, la dificultad es tomarlos y hacerse cargo, comenzar a concretar y generar esa transformación desde el granito de arena de tu entorno. Creo que esta pandemia nos ha movido y sacudido completamente, nos ha hecho cuestionarnos, pero también nos ha invitado a realizar cambios, a modificar, adaptarnos e ir transformando, lo que no es fácil en un primer momento. Siento que como país teníamos dos posibilidades muy opuestas: una era dejarnos llevar y sobrevivir como pudiesemos a esta crisis sanitaria, pero seguir en lo que estábamos; y la otra es a cuestionarnos, a transformar, a darle un vuelco a nuestra labor, a centrarnos en el bienestar socioemocional, a poner énfasis a lo humano, a nuestra calidez y desde ahí abrir la enseñanza. Nos han dicho en estos dos años que de las crisis surgen las grandes ideas, los cambios más importantes de la historia. Creo que es posible, pero no podemos seguir aumentando esta brecha tan grande, donde continuamos con niños alejados de las aulas, sin el contacto y la contensión, creo que ahí estamos profundamente al debe como país”.

¿Qué consideras que identifica y distingue a la PUCV del resto de universidades en tu especialidad?

“El sello que posee la PUCV es que en cada uno de sus ramos son trascendidos por la justicia social y la diversidad, buscando formar docentes integrales que participen activamente en sus comunidades, que tengan liderazgo y sean agentes de cambio. Desde el ámbito académico, se encarga que la praxis siempre esté fundamentada en conceptos teóricos que nos den un piso solido para llevarlas a cabo. En cada uno de los ramos te situaban constantemente en la “realidad”, lo que hacía que al ingresar a las aulas fuera lo más similar a las clases que ibas desarrollando”.

Mensaje a los actuales estudiantes de tu carrera

“Les doy mucho ánimo, los invito a desafiarse continuamente, a conocer distintas experiencias pedagógicas, a compartir con sus compañeros las vivencias y trabajar en equipo y colaborativamente, lo que es fundamental para lograr realizar cambios profundos en nuestra educación. Sonará cliché, pero aprovechar los aprendizajes de sus profesores, lograr absorber todo lo posible y llevarlo a las aulas, a la práctica, a modificarlo, a intentar generar esos cambios, pero siempre antes deteniéndose, observar y conocer”.