En una emotiva ceremonia realizada en el Teatro Municipal de Viña del Mar, la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso distinguió a las profesoras Dra. Gloria Contreras y Dra. Marcela Jarpa con la Medalla del Centenario, reconociendo su invaluable aporte a la educación y a la formación de futuros docentes.
En una jornada que destacó la excelencia académica y el compromiso con la educación, la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV), celebró la inauguración de su Año Académico 2025 con una ceremonia cargada de emoción y gratitud. En este contexto, la universidad otorgó la Medalla del Centenario a las profesoras de la Escuela de Pedagogía Dra. Gloria Contreras y Dra. Marcela Jarpa, quienes fueron reconocidas por sus destacadas trayectorias en la formación de profesores y la investigación educativa.
El evento, que tuvo lugar en el Teatro Municipal de Viña del Mar a las 18:00 horas, fue una oportunidad para que la comunidad académica celebrara a los profesores que han dedicado años de su vida al engrandecimiento de la institución. La entrega de la medalla reconoció a académicos con 10, 20, 30 y 40 años de servicio, consolidando la importancia de la tradición y el esfuerzo que sostienen la universidad.
En este marco, la profesora Gloria Contreras con 30 años de trayectoria en la PUCV, destacó la relevancia de la formación docente como motor de transformación social. “Casi todo mi trabajo en la universidad ha estado ligado a la formación inicial y continua de profesores. Pienso que ser profesor o profesora implica formar personas íntegras a través de la disciplina que se enseña y que, por lo tanto, formar profesores comporta un enorme desafío y una gran responsabilidad”, expresó la académica de la PUCV.
Contreras también compartió su visión sobre los tiempos que enfrentan los futuros pedagogos. “Estamos viviendo tiempos de numerosos y profundos cambios que impactan a las instituciones universitarias y escolares. Creo que para los futuros pedagogos vienen tiempos muy desafiantes, por lo que deben procurar aprovechar al máximo su formación en la universidad y, muy especialmente, no perder su vocación. Ser profesor es una alegría… saber que tus alumnos y alumnas cambian con tus enseñanzas es algo que no tiene comparación con otras profesiones”, reflexionó.
Por su parte, la directora de la Escuela de Pedagogía de la PUCV, Marcela Jarpa, quien fue reconocida por sus 10 años de trayectoria académica, también expresó su gratitud y pasión por su labor. “Lo personal va de la mano de lo académico. Siempre me he sentido una persona muy afortunada de ser muy feliz con lo que hago y donde estoy. La Escuela de Pedagogía se ha transformado en mi segundo hogar y en mi familia”, comentó.
Jarpa, agregó que “cada rol que he tenido que desarrollar me apasiona. Amo hacer clases con mis estudiantes de pregrado. Disfruto esa mirada iluminada cuando veo que ellos han aprendido algo nuevo. Y en mi responsabilidad como directora, valoro profundamente los equipos que hay junto a mí. Los grandes logros de nuestra Escuela de Pedagogía van de la mano de personas maravillosas que se esfuerzan día a día en un trabajo desinteresado”.
Compromiso con el trabajo educativo
Ambas académicas coincidieron en que su dedicación al trabajo educativo no es solo un compromiso profesional, sino una verdadera vocación que atraviesa todas las áreas de su vida. A lo largo de sus trayectorias, han impulsado tanto la investigación como la docencia, dejando una huella imborrable en las generaciones de estudiantes que han pasado por sus aulas.
El evento continuó con un concierto inaugural, brindando un cierre musical a una noche de celebraciones que reafirmó el compromiso de la universidad con la excelencia y la formación de futuros líderes educativos.
La ceremonia, marcada por la gratitud y la reflexión sobre el rol transformador de la educación, reflejó la visión de la PUCV de seguir avanzando en la formación de docentes comprometidos con el futuro del país. La distinción a las profesoras Contreras y Jarpa resalta no solo su legado en la universidad, sino también el impacto profundo que han tenido en la formación de generaciones de educadores capaces de transformar la sociedad.





