“Rincones para todxs” es el nombre del proyecto que lidera la egresada de Educación Parvularia PUCV Camila Guerrero junto al diseñador industrial José Honores, que fue escogido para ser parte de Programa de Incubación (Impulsa + 2020) de la Universidad.
“El objetivo de nuestra iniciativa es disminuir la brecha social en la calidad de la Educación Parvularia y democratizar el acceso a ésta, a través de dos servicios particulares: juegos modulares de rincón y una plataforma web de carácter gratuito, que tiene por objetivo el intercambio colaborativo de conocimientos. Nuestros públicos beneficiados son: niños y niñas, padres y criadores, y educadores y educadoras a nivel nacional”, detalla Camila Guerrero.
La adjudicación implica “un paquete completo para enaltecer proyectos de carácter social, se basa en un acompañamiento personalizado y constante, a través de la Incubadora GEN-E, donde nos entregan diversas herramientas para desarrollar asuntos como modelo de negocios, prototipos, validaciones, etc. Este programa se inició en junio y estaremos trabajando de la mano hasta comienzos de 2021”.
Según dio a conocer la ex alumna de Educación Parvularia PUCV, la idea nace durante su práctica profesional en el Jardín Mi Pequeño Puerto del Cerro El Litre, Valparaíso, en donde para acompañar la implementación de experiencias de aprendizajes basadas en la Metodología Globalizadora, surge la idea de crear mobiliario para acompañar experiencias de juegos de rincón. “En un principio la idea era que los módulos fueran de papel maché, pues no disponía de recursos para confeccionar materiales de mayor resistencia, fue entonces cuando conocí a José y propuso la idea de crear material capaz de transformarse y adoptar diversas formas. Entonces, con el apoyo de donaciones y autogestión surge el primer prototipo, que se caracterizó por ser en madera de alta calidad, durable, seguro y estético para el disfrute de los niños y niñas de dicho centro educativo”, cuenta.
Añade que tras ver los resultados que tuvo su propuesta entre los párvulos, surge la idea de postular a la Incubadora Social. Asimismo, y como el desarrollo de la idea requiere de financiamiento están actualmente en proceso de postulación a fondos concursables y recursos privados.
“Nuestras máximas motivaciones fueron, en primer lugar, la sonrisa de los niños y niñas al interactuar con materiales contextualizados y diseñados a la medida, y por supuesto el visualizar y validar en terreno el cómo iban aprendiendo a través del juego; y en segundo lugar, la vocación social que vemos manifestarse en los miles de profesores que hacen educación en el día a día”, confidencia Camila.
Al ser consultada por el impacto que esperan tenga el proyecto, responde: disminuir la brecha social en la calidad de la Educación Parvularia (ésta es nuestra máxima); democratizar el acceso a una Educación Parvularia de calidad; padres y criadores adquiriendo competencias parentales positivas para la educación de sus hijos; educadores y educadoras compartiendo conocimientos.
Finalmente, la egresada de la PUCV comparte sus reflexiones acerca de la importancia de la innovación en Educación Parvularia: “desde mi perspectiva, innovar es crear nuevas soluciones a problemas, y para ello resulta indispensable enamorarse del problema que se quiere atacar para, de esta manera, buscar diversas formas de solucionarlo. Puede que las primeras maneras no funcionen, pero lo fundamental es persistir. Con José estamos convencidos que el sentido de la responsabilidad social es indispensable en la Educación Parvularia, y de manera consecuente lucharemos para disminuir la brecha social”.