Actualidad Pedagogía PUCV

Testimonio Patricia Hola Chamy

 

Educación Parvularia

Patricia Hola, Rectora Colegio de los Sagrados Corazones Padres Franceses de Viña del Mar

“Haber estado en la Escuela de Pedagogía abrió nuevos horizontes en mi vida”

Patricia Hola Chamy ingresó a estudiar Educación Parvularia en la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso en marzo del año 1982, egresando en 1985, tras realizar su práctica profesional que coincidió a la inserción laboral en el Colegio de los Sagrados Corazones Padres Franceses, institución fundada en Valparaíso en 1837 y que actualmente se ubica en Viña del Mar, y de donde también es ex alumna.

Lleva más de 28 años trabajando en el colegio y es Rectora hace más 5 años, tras asumir distintas responsabilidades en la Coordinación del Área Parvularia, Coordinación del Ámbito Formativo, Dirección de Ciclo y Vicerrectoría de Formación, lo que le permitió conocer los distintos estamentos de una comunidad educativa, además, sus hijos se educaron el colegio, por lo que vivió la experiencia de ser apoderado de la institución.

“Es una experiencia de vida que se ha dado de forma muy natural. Nunca me desvinculé del colegio, me focalicé en la Universidad pero seguí en contacto con profesores. Hice el cambio de la labor directamente pedagógica por una de gestión dentro del mismo colegio. Tuve 16 años de aula ininterrumpida, mi último prekinder egresa este año de 4º medio”, cuenta.

Patricia recuerda que entró a estudiar Educación Parvularia motivada por una gran vocación. Primero cursó Química y Farmacia, por influencia de la familia y del colegio, donde duró 42 días, y se dio cuenta que lo suyo era la Educación Parvularia, optando por la PUCV debido a su prestigio y sello valórico.

Patricia Hola señala que encontró en la Universidad verdaderos maestros de la educación, especialmente destaca a Margarita Etcharren, jefa de carrera de Educación Parvularia en sus años de estudio, por el amor que trasmitía por la carrera y su experiencia con los niños.

Asimismo, recuerda la labor docente de Marcia Prieto, Ivonne Fontaine y Berta Espinosa. Todas muy distintas en su forma de ser y mirada del mundo, pero con un gran amor por la Educación Parvularia que lograron transmitir a sus alumnas, confidencia.

Patricia cuenta que Sausalito en esos años era un campus de dinámica muy familiar y fraterna, de mucha convivencia y respeto. “Había un paisaje maravilloso, horarios adecuados y grupos de estudios definidos que propiciaban la vida estudiantil”, rememora.

Asimismo, un espacio principalmente femenino por las jóvenes que estudiaban Educación Parvularia y Educación Diferencial. “Decían que Educación Parvularia de la PUCV era un colegio de señoritas, pero mi experiencia fue un curso muy heterogéneo, desde las realidades sociales y socioculturales, donde se dio siempre un clima de respeto a esa diversidad”, señala.

Recuerda que los grupos estaban establecidos por afinidad de gustos, intereses y opción política, pero siempre fueron muy respetuosos entre sí. Hoy, si bien no está la reunión física constante entre las ex compañeras de clases, hay grandes recuerdos y mucha alegría cuando se reencuentran.

Experiencias muy valiosas en su etapa de formación que recuerda hoy Patricia fueron las prácticas que le tocó realizar en espacios como la Sala Cuna del Hospital Psiquiátrico de Valparaíso y un Centro Abierto de Forestal.

Educación

“Soy una convencida que a través de la educación se puede transformar la sociedad”, confidencia la ex alumna de Educación Parvularia PUCV, quien recuerda vivió en un tiempo universitario donde la educación no era gratuita. “Hoy hay una sociedad más empoderado y con sus derechos más claros, pero siguen siendo demandas sociales históricas, que son tremendos desafíos para cualquier gobierno. Hay que buscar nuevos caminos con criterio de realidad. Empatizo con las demandas de los jóvenes, pero viendo cómo hacerlo de la manera más justa y quien tenga el beneficio sea quien más lo necesite”, comenta.

Otro aspecto sobre el que Patricia Hola reflexiona es que siente la educación se ha “judicializado”. Explica que el mismo empoderamiento hace sentir que la educación es un servicio que se paga, por lo que se pierde el foco de la corresponsabilidad de la educación. Además, nuevas instituciones fiscalizadoras de la educación como la Superintendencia y la Agencia de Calidad han puesto una variable más respecto a la gestión que la han burocratizado, disminuyendo el tiempo para otras labores esenciales como la reflexión pedagógica.

Respecto a la Educación Parvularia, siente que el principal reto es generar nuevas confianzas con los apoderados. “Vivimos en una sociedad con mucha desconfianza hacia el otro, y en la educación se establecen relaciones de confianza, especialmente con los más pequeños”, donde acciones como cambiar de ropa a un niño porque se mojó ahora requiere autorizaciones que antes no existían, y aunque eso transparenta la relación implica nuevos escenarios para los educadores.

Finalmente, Patricia Hola envía un especial mensaje a las alumnas que hoy cursan Educación Parvularia. “Sigan creyendo en sus sueños. Optar por estudiar Educación Parvularia es un tremendo gesto de generosidad, sabemos que nadie se va a hacer rico, pero es estar cumpliendo un sueño, que hay que tomarlo con gran responsabilidad y compromiso personal. Hay que tomar con seriedad la pedagogía, empoderarse, creerse el cuento y nunca olvidar que el compromiso primero son los niños”, expone.

Agrega: “Especialícense y tengan un foco, decía Margarita Etcharren. La experiencia de aula es el sustento de un buen profesional, por lo que antes de continuar estudios de posgrado la experiencia en aula es vital, es el doctorado de la vida. Recurran a los profesores de experiencia, hay que innovar y adecuarse a los nuevos tiempos, pero validar el trabajo y conocimiento de otros. Nunca hay que olvidar que estamos en constante aprendizaje y el intercambio entre pares es fundamental, y eso lo aprendí en la PUCV”.